Los invito a leer el Trabajo Práctico realizado por una compañera de ustedes. A la brevedad, iremos agregando otros.
T.P. “Análisis narrativo de una película"
por María Laura Pérez
La película Citizen Kane (1941) de Orson Welles relata la
vida de Charles Foster Kane, un magnate de los medios de comunicación que ha
fallecido. Solo, en su habitación, al momento de su muerte, Kane pronuncia una
palabra: Rosebud. El misterio que
encierra esta palabra tiene su origen el desconocimiento absoluto de su
referente. Thompson, el periodista encargado en llevar adelante la
investigación sobre la vida personal de Kane, buscará la respuesta a este
enigma en las personas que rodearon al millonario. La figura de Kane se
construirá, entonces, de los relatos de terceros que contarán su experiencia
junto a él. De acuerdo a los términos en los que se establecía la relación con
Kane, los entrevistados proporcionarán una versión
del ciudadano. Thompson recopila testimonios de Susan Alexander (la segunda esposa), de Walter Parks Thatcher
(el tutor), de Bernstein (el apoderado), de Jedediah Leland (el amigo) y de Raymond
(el mayordomo). A través del relato subjetivo de estos personajes conoceremos
al “verdadero” Kane, o al menos con el que cada uno de ellos ha estado en
contacto.
Narradores y puntos
de vista.
Desde siempre el arte ha intentado franquear las barreras
de lo establecido. Más aún en el siglo XX cuando la eclosión de las Vanguardias
comenzó a cuestionar con más ímpetu los preceptos de la institución arte. El
cine, como rama artística, nace a comienzos de este siglo y es desde sus
orígenes un medio rupturista por excelencia, sobre todo cuando las técnicas cinematográficas
logran perfeccionarse y ponerse al servicio de la narración. Citizen Kane, la película de Orson
Welles, es un claro ejemplo de la conjunción de estos elementos. Para empezar,
la película de Welles, tiene como recurso narrativo primordial el flashback.
Este recurso es utilizado para contar cada una de las historias que los
allegados a Kane relatan. A través de estos flashbacks
es que conoceremos a Kane. El ciudadano es, entonces, un constructo. Jamás
habla por sí mismo de su persona, todo lo que se sabe de él es a través de la
palabra de otros. La paradoja aquí reside en que el mismo Kane ha creado una construcción
de sí mismo. Kane, ha dejado un monopolio de medios de comunicación, una enorme
y fastuosa mansión, colecciones de piezas de arte. Todo esto funciona como
emblema de lo que quería significar Kane para los otros: un hombre capaz de
hacerlo todo, el hombre. En varias
oportunidades a lo largo del film, el protagonista se jacta de ser Charles
Foster Kane, se siente un hombre poderoso e intocable, y es este sentimiento el
que quiere transmitir. Sin embargo, la muerte lo sorprende solo. Thompson
comprende que Kane no es la persona que todos creían que era, que esconde un
secreto y que cree que develará si descubre el significado de Rosebud.
La construcción de figura pública que ha hecho Kane de sí
mismo es la que Welles se encargará de poner en duda a partir de la inclusión
de los relatos de los entrevistados por el periodista. Esta visión de Kane se
encuentra en el noticiero que se prepara para contar su vida. Allí el locutor,
además de introducir al espectador en el tema y brindar conocimientos acerca de
la vida de Kane, también comunica la visión que la sociedad tiene de él. Lo que
supuestamente parece el relato más objetivo (ya que está constituido de
material de archivo), es sin embargo, una sucesión de hechos que Kane ha dejado
en la historia para que se lo recuerde. Esto, en palabras de Bajtín se llama la palabra autoritaria: “La palabra
autoritaria pide ser reconocida y asimilada por nosotros, se nos impone con
independencia del grado de persuasión interna de la misma en que lo concierne;
la encontramos asociada con anterioridad a la autoridad.” Por lo tanto, la palabra autoritaria se
impone como una fuente verdadera que los hablantes tendrán que asimilar o
discutir, que refuncionalizar o aceptar. En el caso de Citizen Kane, la palabra autoritaria, es decir la palabra de Kane,
traducida en el informe del noticiero, será discutida por los testimonios de
los personajes. Se presenta de este modo a la película como una novela dialógica en la que dos o más voces
discuten acerca de la verdad o falsedad de un discurso. El dialogismo
bajtiniano se da a partir de la unión de dos conciencias lingüísticas separadas
en un enunciado (hibridación). Este encuentro no es entre dos conciencias
impersonales, sino que, por el contrario son dos conciencias ideologizadas. Por
ende, los personajes que brindan testimonio acerca de sus vivencias con Kane,
poseen una visión fuertemente ideológica acerca de este personaje, que contrasta
con la mirada que ofrece la palabra autoritaria. Cada personaje “lucha” por
instaurar su discurso, porque a medida que transcurren los relatos el
espectador asiste a la caída de Kane. En el principio de la película, a través
del noticiario, se muestra a un personaje excepcional, que ha logrado muchos
hitos en su vida; al final del film encontramos a un Kane solo, abandonado,
vencido. Pero solo se puede arribar a esta imagen gracias a los relatos que narran
los otros personajes. Entrar en diálogo
con la palabra de otro siempre implica tensión ideológica en el discurso, dicha
lucha dialéctica consiste en derribar la figura pública de Kane y suplantarla
por la persona de la intimidad. La polifonía actúa aquí como la encargada de
desmantelar a la palabra autoritaria de Kane que funciona como mito.
El relato subjetivo de cada uno de
los personajes proporcionará un punto de vista sobre el ciudadano. Sin embargo,
los relatos proveen algo más que su propia visión de los hechos. Un relato
subjetivo debería proporcionar únicamente información que pudiera saber el
sujeto que enuncia, no obstante, en
Citizen
Kane, los entrevistados poseen conocimientos de las características de un
narrador omnisciente. Así, Leland sabe a la perfección lo que Kane habla con
Susan Alexander aún después de que ha perdido todo contacto con su amigo. Estas
alteraciones introducen en las narraciones de los entrevistados el punto de
vista del narrador (en este caso Welles).
Esta
operación conduce nuevamente al concepto de palabra autoritaria. La palabra del
narrador, intenta imponerse sobre los relatos subjetivos deslizando su discurso
ideológico. He de aquí, que como toda novela dialógica,
Citizen Kane, también excede a la palabra autoritaria y no crea un
discurso unívoco, sino que construye un relato plurilingüe en donde conviven
muchas voces, y en donde la tensión dialógica se encuentra presente.
Además de la mirada del narrador,
de los personajes y del mismo Kane, existe también la mirada del espectador,
que está vinculada al personaje de Thompson. El periodista toma un hecho de la
vida de Kane, la última palabra que pronuncia y comienza su investigación. El
periodista sabe lo mismo que el espectador. Otro punto importante que ubica a
Thompson en sintonía con el espectador es que su rostro no se distingue con
nitidez en muchas escenas. En algunas ocasiones aparecerá de espaldas o no se
tomará por completo su fisonomía. Estas decisiones estéticas están pensadas
para que el personaje de Thompson se
identifique con el espectador, que se hagan las mismas preguntas, que compartan
la misma información, que descubran juntos a Kane. Se juega aquí también con la
posibilidad de adentrar al espectador en la película, si los ojos de Thompson
son los ojos del espectador entonces la invitación a participar del
descubrimiento del secreto de Kane es aún mayor.
La narración de
la memoria: el flashback
Desde siempre la forma de narrar una
historia ha sido la preocupación de los escritores, y si bien es importante lo
que se cuenta en una narración también lo es la manera en que se estructura el
relato. Así, para los Formalistas rusos, la linealidad en el relato constituía
una forma de automatización que se oponía a su ideal artístico que era el
extrañamiento (ostranenie). Víctor Shklovski en “El arte
como artificio” formula que para desautomatizar la percepción de los lectores hay
que introducir en el relato procedimientos que desnaturalicen la escritura. “La finalidad del arte es la de dar
una sensación del objeto como visión y no como reconocimiento; los
procedimientos del arte son el de la singularización de los objetos y el que
consiste en oscurecer la forma, en aumentar la dificultad y la duración de la
percepción. […]. El arte es un medio de
experimentar el devenir del objeto: lo que ya está “realizado” no interesa para
el arte.”(Así en el original).
El devenir del objeto está dado entonces por la manera en que el autor organiza
los procedimientos literarios para hacer “aparecer” a este objeto. En la
película Citizen Kane, podríamos pensar
al personaje de Kane como a este objeto que deviene.
Es decir, Kane se presenta como un personaje con éxito y poder al principio del
film, a pesar de ello, este sujeto muere solo; esta contradicción despierta una
inquietud: descubrir quién es el verdadero Kane. Para revelar esta incógnita el
realizador recurrirá a los relatos de los allegados a Kane mediante el recurso
narrativo del flashback. Continuando con lo que propone Shklovski, el
enrarecimiento del objeto estará dado por la multiplicidad de los relatos que
terminarán encadenándose en una narración lineal. La novedad que vuelve
singular a esta obra es que no contiene una sola voz, sino que está formada por
diversas voces y diferentes puntos de vista. Esta pluralidad de enunciaciones
está articulada a través del flashback.
Cada narración es contada en retrospectiva, y agrega a la figura de Kane una
pieza al rompecabezas de su persona. El flashback
funciona en sintonía con la prolongación de la percepción que postula
Shklovski. Cada relato en restrospectiva hace que se agreguen datos a la
historia personal de Kane, y cada uno de estos hechos aumenta, por un lado la información
que tenemos del objeto; y por el otro, borra la imagen primera que se tenía de
él, convirtiéndolo en un personaje diferente.
El flashback
es constitutivo de la narración en la película y es lo que ordena la historia.
La película comienza por el final (in
ultima res) y gracias a la palabra de otros personajes se conoce la
biografía del magnate. Por una parte, la historia de Kane es fragmentaria,
porque cada uno de los entrevistados por Thompson brinda un segmento de la vida
del protagonista; pero, por otra parte, los relatos en retrospectiva forman una
narración lineal que van desde la infancia de Kane hasta su vejez. Esto se debe
a que los flashbacks creados por los
relatos acerca de la vida de Kane constituyen un relato enmarcado. El marco de
la narración está dado por la investigación de Thompson que sirve de excusa
para contar la vida de Kane. En un primer momento, la fábula (la “biografía” de Kane) parece no coincidir con el siuyet (argumento) porque los hechos no
aparecen en orden cronológico sino que se presentan con saltos en el tiempo. En
una segunda instancia, cuando comienzan a aparecer los relatos de los otros
personajes, la fábula y el siuyet se alinean en el mismo eje temporal. El flashback tiene por ende una doble
finalidad, porque si bien presenta un relato como fragmentario, une esos
recortes narrativos en una historia lineal. Sin embargo, los tiempos del relato
y de la historia no coinciden plenamente. El tiempo presente de la enunciación
es el que pertenece a Thompson (como así también el del comienzo de la película
cuando muere Kane). El periodista se entrevista con los otros personajes y
todos esos encuentros ocurren en el tiempo presente. No obstante, el tiempo de
la historia, representado en los relatos de la vida de Kane, pertenece al pasado.
Los dos tiempos, el del relato (tiempo presente) y el de la historia (tiempo
pasado) conviven paralelamente y confluyen en dos momentos de la película: al
principio cuando ocurre la muerte de Kane y comienza la investigación de
Thompson; y al final cuando se tasan las pertenencias del millonario y se
arroja al fuego a Rosebud. Existen también pequeños intervalos en los cuales
confluyen ambos tiempos, estos son los comienzos y los finales de las
entrevistas y algunas situaciones que se limitan a dar consistencia a la
investigación de Thompson (su visita al edificio Thatcher, la llamada
telefónica ante el frustrado intento de hablar con Susan Alexander la primera
vez, etc.).
El ciudadano Kane es un personaje que se
arma con los recuerdos que otros tienen de él. Por lo tanto, la memoria es un
elemento de importancia en esta película. La memoria pertenece a la
subjetividad de cada personaje, es una memoria individual. Aunque también se
podría decir que hay una memoria colectiva plasmada en la información que
recopila el noticiario. El noticiario evoca una memoria colectiva porque está
constituido con material de archivo, reutilizando información que antecede a la
muerte de Kane. En la película se define al protagonista como una figura
pública, y el noticiero retoma lo que ya se sabía de Kane para construir su
informe. En este punto puede hablarse de una memoria colectiva. No obstante, lo
más sobresaliente de la película es la participación de los relatos subjetivos
y cómo cada uno de ellos aporta una voz diferente en la historia. Estas
memorias individuales luchan por instaurar su sentido como verdadero. Para ello
utilizarán recursos propios de la memoria (y de la narración) como la elipsis, la
prolepsis, la analepsis, la condensación del tiempo, etc. Todos estos
procedimientos están al servicio de la narración de la historia, pero también
son estratagemas para imponer la visión que se tiene de Kane; y que es, además,
la que el narrador quiere imponer en el público. Siguiendo con la teoría
bajtiniana, Citizen Kane se comporta
como una novela dialógica porque se produce en ella la lucha con la palabra
autoritaria, representada en este caso, por la memoria colectiva que se
encuentra en tensión con las memorias individuales, inscriptas en los relatos
subjetivos. Esta tensión entre discursos puede ejemplificarse en esta cita de
Voloshinov: “El signo no sólo existe como parte de la naturaleza, sino que
refleja y refracta esa otra realidad y por lo mismo puede distorsionarla o
serle fiel. […] A todo signo puede aplicársele criterios de
una valoración ideológica (mentira, verdad, corrección, justicia, bien, etc.)”.
Es decir, todo discurso puede
ser discutido, y justamente es lo que ocurre en Citizen Kane, en donde las voces entran en diálogo para mostrar su
visión de Kane: rebelde para Thatcher, idealista para Berstein, traidor para
Leland, manipulador para Susan, débil para Raymond, poderoso para el mismo
Kane, un misterio para Thompson.
Los relatos de cada uno de los personajes
que evocan la vida de Kane utilizan recursos para contar los sucesos. La elipsis
es uno de los recursos más utilizados en las narraciones en general, y se usa para
agilizar los relatos o para borrar u ocultar datos. En el film se encuentran
varios ejemplos de elipsis, pero los más importantes son los que están
vinculados a lo no dicho. La omisión de Thatcher sobre la adolescencia de Kane
es significativa porque se esconde el motivo que lleva al protagonista a
preferir ocuparse de un diario insignificante como lo es el New York Inquirer y rechazar otros negocios más fructíferos.
Además esa elipsis crea un vacío alrededor de la pretensión de Kane de ser el
hombre más poderoso de los Estados Unidos, el proyecto de alcanzar un éxito
rotundo ya puede vislumbrarse en sus primeros pasos como director del diario. Es
verdad que algo puede inferirse sobre este tema en las escenas de su niñez,
pero no son del todo precisas y ese bache en la adolescencia de Kane ayuda a
instaurar el misterio alrededor de su figura. Otra elipsis importante es la
relacionada con la muerte de su ex esposa y su hijo. No se menciona nada más
que han fallecido en un accidente. El ocultamiento de la reacción de Kane ante
este hecho, es una estrategia más para no mostrar a un hombre con otros
sentimientos que no sean propios del egocentrismo. A partir del relato de
Leland se presenta a un Kane en decadencia moral, mostrarlo arrepentido,
compungido, triste sería ir en contra de esta idea. De ahora en más, Kane será
cada vez más repudiable, y solo ganará la lástima del espectador con su muerte
en soledad.
Las prolepsis y las analepsis son, al
igual que la elipsis, elementos constitutivos de la memoria y también de las
digresiones propias de los relatos orales. Las entrevistas, suerte de
conversaciones, se vuelven un poco más reales con la inclusión de estos
procedimientos. Al comienzo de cada entrevista, los personajes hacen una
especie de “introducción” de su relato. Estas introducciones contienen
prolepsis. Cada personaje dará un adelanto de lo que sucederá con Kane. Susan
Alexander dirá que todo lo sucedió en su matrimonio fue idea de su esposo,
menos el separarse. Efectivamente, al final de este relato Susan abandona a
Kane. Raymond, el mayordomo dice que Kane en sus últimos tiempos decía cosas
sin sentido y al término de su discurso, se contará que pronunció Rosebud como una
incoherencia más, clausurando de alguna manera, el misterio para Thompson. Leland
también hace una especie de prolepsis al decir que no habló más con él después
de que pasaron ciertas cosas entre ellos, esto adelanta el distanciamiento
definitivo entre ellos cuando Kane lo despide del diario.
Dos secuencias constituyen las analepsis más
significativas de la película. La primera es la que sucede en el instante en
que Kane toma la bola de cristal y pronuncia “Rosebud”. Allí recuperamos el
comienzo de la película, la muerte de Kane y la caída de ese objeto.
Comprendemos que, tal vez, Rosebud tiene que ver con la perdida o el abandono
de Susan. La segunda analepsis ocurre cuando arrojan el trineo al fuego, y en
el momento en el que se lee la palabra Rosebud, el espectador conoce la verdad
y recupera las imágenes de Kane jugando en la nieve, del trineo olvidado afuera
de la casa.
El último recurso a señalar es la
condensación del tiempo, este es elemento es utilizado cuando se quiere
representarse un comportamiento repetido. Esta condensación puede verse en la
actitud de Kane con sus esposas. Los años de matrimonio junto a Emily Norton, se comprimen en unos
segundos, lo mismo ocurre con las actuaciones en la Casa de Ópera de Susan
Alexander. No es casual que se muestre este comportamiento de Kane hacia sus
esposas ya que marca la imposibilidad de brindar amor por parte del protagonista.
La indiferencia hacia las necesidades de sus esposas pone de manifiesto su
egoísmo, que termina con el fracaso de ambas uniones.
Conclusión
Citizen Kane es una película en la que
conviven diferentes discursos que mantienen una tensión dialéctica por el lugar
de la enunciación. Por momentos, estos relatos se vuelven permeables a la voz
del narrador que desliza su propia visión. A pesar de ello, las diferencias
ideológicas persisten y siempre se presenta una línea de fuga para que el
espectador pueda formar una visión más o menos independiente de la figura de
Kane. Esto es propio del funcionamiento de las novelas dialógicas y podemos
afirmar que la obra se comporta como una. Para poder lograr este estatus es importante destacar que la
película incluye diversos procedimientos narrativos que logran extrañar la
mirada del espectador. De este modo, se anula la unidireccionalidad de sentido
y se habilita al espectador a pensar una mirada nueva acerca de las posibilidades
que ofrece este film.
Bibliografía
Amount, Jaques y otros. Estética del cine. Buenos Aires, Paidós Comunicación, 2011.
Bajtín,
M. Teoría y estética de la novela,
capítulo IV, “El hablante en la novela”. Madrid, Taurus, 1991.
Sklovski, V. Sobre la
prosa literaria. “El arte como artificio”. Barcelona, Planeta, 1971.
Voloshinov, V. N. El marxismo y la filosofía del lenguaje. Versión española de
Tatiana Bubnova. Madrid, Alianza Editorial, 1992.
Bajtín, M. Teoría y estética de la novela, capítulo
IV, “El hablante en la novela”. Madrid, Taurus, 1991, pp. 159.